Si es humillación, no es tradición

Los residentes del Colegio Mayor Elías Ahuja, situado en Madrid, mostraron su falta de principios de igualdad en un espectáculo de gritos hacia el Santa Mónica y la viralización de lo ocurrido abrió un gran debate social

Alumnado de ATU / 1º Bachillerato ARA
El pasado jueves 6 de octubre, las calles aledañas a varios colegios mayores universitarios madrileños se poblaron de una horrenda energía cuando los integrantes del Colegio Mayor Elías Ahuja salieron de sus ventanas gritando en manada un cántico machista y denigrante. Por sus bocas salieron todo tipo de misiles sexistas que atacaban, directamente, a las mujeres del colegio de Santa Mónica. “¡Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea!”, decían.
En el momento, las chicas solo se dedicaron a grabar lo sucedido, lo subieron a las redes y volvieron el hecho viral. Sorprendentemente, la respuesta de muchas de las mujeres no fue la esperada. Algunas disculpaban aquellos insultos con argumentos vacíos; otras intentaban defender a los varones y un gran porcentaje restante, simplemente, guardó silencio.
Gran parte de la sociedad pública se volcó sobre la situación, viendo en ella un ejemplo claro de violencia machista, y no le encontraron ningún tipo de justificación. Muchas personas mostraron preocupación y manifestaron su posición ante esto. Aun así, otro gran grupo de ciudadanía se dedicó a defender a los atacantes con la excusa de la tradición y la “diversión juvenil”. Lo más alarmante es que las propias estudiantes del Santa Mónica le quitaron la importancia merecida, a pesar de ser ellas las víctimas protagonistas.
Parece ser que la humanidad ha evolucionado en infinitos aspectos. En el último siglo, se ha avanzado exitosamente, y los derechos han sido cada vez más respetados. La figura femenina, al menos en ciertos lugares del mundo, ha logrado romper barreras históricas. Pero sucesos como este dejan claro queda bastante por resolver.
Hay que aclarar que se pueden encontrar todo tipo de personalidades en cada grupo social. Es triste ver cómo, a día de hoy, estas actitudes siguen yendo de la mano de las ideologías conservadoras y, mayormente, fascistas. La falta de progresión intelectual ocasiona este tipo de desajustes morales que afectan a toda la civilización. El Colegio Mayor cuenta con una residencia privada y con segregación de géneros. Parece ser que todo concuerda.
En definitiva, estamos en el siglo XXI y el mundo cojea de varias patas. A lo largo del camino, los conflictos sociales se han resuelto cuando el pueblo se une. Esta lucha nos comprende a todos y a todas. La responsabilidad es conjunta. Es imperiosamente necesaria una educación que sirva para unir desde el sentido común, no para confrontar disgregando de forma antinatural. Una educación que invite al diálogo garantizando el respeto a todas las personas, lejos de la polarización de ideas y manifestaciones que parece haberse puesto de moda. En fin, esa educación que es la base de la vida.

La Laboral opina
Las alumnos y alumnas de La Laboral han tenido una semana para reflexionar sobre la noticia de la novatada de los jóvenes del colegio Mayor de Madrid y cuestionarse la igualdad es una realidad. A través de estas entrevistas, de las que puedes escuchar una muestra en el vídeo que acompaña a estas líneas, hemos conocido la opinión de algunos compañeros y compañeras. No todas coinciden con la nuestra, pero son un reflejo de la sociedad al respecto.
Una alumna, por ejemplo, opina que la sociedad no ha encontrado un punto medio, sino que hay dos extremos polarizados, aunque el machismo sea el mayoritario, y que eso juega en contra de conseguir la igualdad. También considera que los jóvenes hicieron esa novatada como reflejo de la educación que han recibido en su entorno, y que la sociedad tiene muy difícil cambiarlos a partir de ese contexto . Otros compañeros y compañeras consideran, sin embargo, que las personas con esta mentalidad sí que puede cambiar, pues la presión social hace que reflexionen y actúen con respeto.
Hay también quienes piensan que este acto fue una absoluta ordinariez sin justificación posible y una clara muestra de la desigualdad que impera en la sociedad. En cambio, otras de las personas entrevistadas se muestran más positivas y afirman que sí que estamos cerca de la igualdad y que hemos hecho un gran avance.
Respecto a la respuesta generada en la sociedad tras esta noticia, los estudiantes creen que es injusto que siempre se generalice y se diga que estas actitudes son propias de “los jóvenes”, cuando no todos los jóvenes piensan así y no todos están de acuerdo con las novatadas.
En conclusión, aunque hay gran diversidad de opiniones respecto al tema, todos y todas coincidieron en que no se deben llevar a cabo acciones que causen humillación o dolor a otras personas en nombre de la tradición. Así pues, La Laboral defiende el respeto y manifiesta que “si es humillación, no es tradición”.

fueron también la trinchera de algunos irrespetuosos