«Sería bueno plantear la posibilidad de que hubiera dos recreos»

Hoy hemos venido hasta la cafetería del Intercambiador de La Laguna para entrevistar a un miembro vital en nuestra pequeña comunidad. Como todos sabemos, Elena es quien se encarga, de manera extremadamente eficaz y junto a sus compañeros, de que todos nosotros, tanto alumnos como profesores del instituto, saciemos la fatiga a media mañana ofreciéndonos una gran variedad de productos deliciosos que podemos adquirir a precios muy razonables. En esta entrevista, preparada por Andrea y Raquel, alumnas de 2º de Bachillerato, queremos que Elena nos cuente cómo ha vivido estos meses inesperados, lejos de “los chicos” como suele referirse a los alumnos de La Laboral, y cómo se plantea el futuro inmediato.

Ana Muñoz (Dept. LyL), IES La Laboral
Ana: Nos gustaría comenzar la entrevista abarcando el ámbito personal. ¿Cómo ha afectado el confinamiento a causa de la COVID-19 a tu vida privada? Imaginamos que para una persona que lleva a cabo unas jornadas laborales tan activas a diario habrá sido un shock importante estar tantas semanas recluida en casa.
Elena: (Elena tarda en contestar, porque se emociona) Pues sí. Yo siempre me he sentido muy querida en el centro. Allí hemos pasado momentos muy buenos, y ahora , como otras muchas personas estamos pasando por un bache, pero creo que entre todos podemos solucionarlo y llegar a un punto en el que podamos volver a estar todos cómodos. Yo les agradezco esa confianza que tienen con nosotros, porque hacemos nuestro trabajo con todo el cariño. A nosotros nos ha dejado un poco tocados este tema. Económicamente, como todo el mundo sabe, y sin entrar en detalles, nos va a costar levantarnos un poco, pero creo que entre todos podremos. Así es que me gustaría buscar soluciones entre todos: profesores, compañeros de limpieza y todos los que hacemos el centro. Y ayudarnos, que es lo que siempre hemos hecho, porque la verdad es que los últimos años ha habido siempre un equipo bueno y siempre me he sentido muy arropada, porque siempre que ha surgido algún problema se ha llegado a la solución. Y eso toca hacer ahora, llegar a soluciones entre todos para que el centro avance en esta nueva etapa que nos viene.
Ahora que nos encontramos en la tercera fase de desescalada, ¿has vuelto a La Laboral?
Nosotros, al principio del estado de alarma, tuvimos que irnos y dejar el centro corriendo. En estos días he ido a hacer un cierre para dejar todo en condiciones. Y tengo previsto a finales de agosto, con la ayuda del equipo directivo y de mi gente, acondicionar la cafetería: tenemos pensado que haya una puerta de entrada y otra de salida, para que no se aglomeren todos juntos, por ejemplo. Desde mi punto de vista, sería bueno plantear la posibilidad de que hubiera dos recreos, aunque no sé si podrá ser. Y, desde luego, serán obligatorios el uso de la mascarilla desde que se entre en la cafetería (a no ser el momento en el que se esté comiendo) y el gel hidroalcohólico. La distancia es muy importante, no sé si de dos metros o de metro y medio, pero sí la suficiente distancia para que no nos abalanzamos como solemos hacer, que nos damos besos y abrazos (risas). De hecho, probablemente quitaremos mesas, porque lo más importante es la distancia, así que si ahora tenemos treinta mesas, dejaremos quince. Haremos limpieza muy a menudo, y todas la precauciones que deben tenerse en una cafetería: limpiar la mesa entre unos usuarios y otros, limpiar las sillas, la barra… Cosas que ya hacíamos, pero ahora llevaremos a cabo más a menudo porque tenemos que prevenir y atajar el virus.
¿El hecho de que parte de tu actividad profesional se desarrolle en el interior de un instituto, dificulta o facilita la vuelta a la normalidad?
Yo he montado la cafetería del Intercambiador por tener un poco más de economía para nosotros, pero siempre he dicho, y lo mantengo, que yo en La Laboral estaré siempre, todo el tiempo que me pueda. Yo siempre le digo a los chicos que la cafetería del Intercambiador para ellos es prácticamente como La Laboral. Si ellos necesitan cualquier cosa, saben que aquí estoy. Y mis compañeros y mis empleados también. Los alumnos de La Laboral tienen un descuento del 10% cuando vienen aquí, a esta cafetería. Estos últimos días me alegra mucho verlos cuando vienen a comprarse el bocadillito para la playa, o para donde tengan que ir, porque todos somos un equipo. Claro que la cafetería del instituto empezará al cien por cien el próximo curso. Empezaremos fuerte, que es lo que queremos, tanto para la cafetería como para el instituto. Tendremos los mismos bocadillos, el mismo personal, la misma disciplina, aunque quizás un poco más fuerte por la situación, pero todo irá bien. Ya llevo tiempo mirando y pensando, porque somos muchos, profesorado y alumnos, y sería bueno organizar dos turnos: primero la ESO, luego los ciclos grandes, lo bachilleratos… Claro que no sé si será posible organizarlo, porque yo sé que los profesores no dan clase en un solo sitio, sino que van de la ESO a bachiller y así. Sé que todo eso va a ser difícil. Así que poco a poco lo iremos mirando entre todos.
Y con respecto a la cocina, ¿hay nueva normativa para las garantías sanitarias a partir de la pandemia?
El tema de la manipulación de los alimentos en una cafetería como la nuestra es siempre muy importante. Yo a veces me pongo a ver el programa de Chicote y me asusto, porque en nuestro caso hay, por ejemplo, profesores que han entrado, y también alumnos, porque a mí no me ha importado que entraran a la cafetería para ver cómo funciona todo (aunque a partir de ahora sí es verdad que ya no podré dejar entrar a nadie), y han visto cómo tengo yo acondicionadas las neveras, el cuadrante de los fríos y los calientes, los tupper, el pollo que guiso todos los días y el control de las fechas, la mahonesa, mi famoso alioli (que no se lo voy a decir a nadie con qué lo hago porque si no todo el mundo se lo copia), los días de corte del serrano, del queso blanco… Todos los tupper tienen una fecha y un control, que desde fuera no se ve, pero lo tenemos estricto. Es muy importante, porque Sanidad lo pide. A partir de ahora, la limpieza la haremos también con productos especiales para esta emergencia, que no son lejía, pero si son muy indicados y especiales. Llevamos a rajatabla el lavado constante de las manos, porque desde mi punto de vista, y de acuerdo con Sanidad, los guantes son un foco de infección: puedo hacer los bocadillos, cobrarte dinero, coger una caja en la parte de atrás y, al final volver a hacer bocadillos con el mismo guante. Ahí está la infección. Por eso es mejor hacer mucho seguimiento del lavado de manos, mucho gel y mucha limpieza, que es lo que nos están pidiendo.
¿Te ha causado un impacto, desde el punto de vista psicológico, trabajar bajo tanta presión después de un periodo de desconexión total?
Las dos primeras semanas sí me costó bastante, porque era todo muy nuevo y muy distinto. Ahora se ven muchas caras aquí, pero en los primeros momentos veías a gente muy puntual, solo cuando iba a trabajar, y decías ¿y la gente dónde está? No veías a nadie. Eché de menos a también a clientes de aquí, del Intercambiador, que se quedaron por el camino (hace una pausa y llora). Y, bueno, aún así hay que seguir avanzando, que es lo que queremos.
No es ningún secreto el hecho de que tras la vuelta a la normalidad, la crisis económica amenaza con eliminar puestos de trabajo. ¿Crees que tendrá repercusión sobre los puestos de trabajo de tu equipo, en la cafetería de La Laboral?
Esa es la pregunta más dura. Porque va a afectar. Ojalá no ocurriera y haremos todo lo posible, pero es muy posible que sí afecte. Todo depende de la evolución de septiembre, de cómo nos comportemos entre nosotros, que no haya otro rebrote. Eso es muy importante, porque La Laboral es un centro muy grande y tenemos que concienciarnos todos. Yo sé que nos gusta darnos abrazos, besos y todas esas cosas, pero tendremos que aguantarnos y respetar la distancia, la higiene de manos constante y todo lo necesario. La distancia es incluso mejor que la mascarilla. Y aunque podamos sentarnos quince o veinte personas en una mesa, debemos pensar que cuantas menos personas se sienten, cuanto más se respete la distancia, será mucho mejor. Porque tendremos que quitarnos la mascarilla para comer, por supuesto, y si no respetamos la distancia, nos juntamos veinte personas, nos damos un beso y nos abrazamos para saludarnos, nos peinamos unos a otros, como yo los he visto en La Laboral (risas), tú me haces la trenza, yo te presto el móvil… Todo eso es crear focos de contagio. Tendremos que educarnos todos un poco.
Si bien es cierto que es difícil mantener un control de limpieza estricto en un entorno cerrado como la cafetería que, además, se abarrota en los recreos, tanto Elena como su equipo realizan una labor excelente e indispensable para el buen funcionamiento de las clases. Muchos estudios confirman que el cerebro trabaja de manera más eficiente si se ha ingerido alimento previamente, lo que demuestra que el papel que desarrolla el grupo de trabajo de la cafetería es vital para hacer las horas de estudio más funcionales y amenas. Terminamos esta entrevista con una última pregunta, Elena: ¿Cómo sueñas que será el próximo curso?
Yo lo quiero es estar con “mis chicos”, como yo les digo siempre, que estén todos, que no falte nadie, y sueño con trabajar. Trabajar y que nos ayudemos todos. Si todos nos ayudamos un poquito, yo creo que avanzaremos. Los institutos, los negocios… Toca cuidarnos y respetar los consejos que demos, que serán los consejos que nos da Sanidad.
Pues esto ha sido todo por hoy. Elena, en nombre de todos en La Laboral, te damos las gracias por recibirnos siempre con una sonrisa cariñosa, por tu labor y la de tu equipo.